En la Ruta del Vino se funden en una misma experiencia el sabor de la tierra y los paisajes de los Valles Calchaquíes. En un trayecto de 100 kilómetros se puede comprender cómo el clima frío en invierno, el sol rajante, la tierra árida y los vientos incesantes le dan a nuestras uvas un carácter aguerrido.
En un trayecto de 100 kilómetros aproximadamente se pueden conocer varias bodegas, algunas de las cuales tienen además posibilidades de hospedarse para que la experiencia sea total. De las 16 bodegas tucumanas que conforman la Ruta del Vino, ocho pueden ser visitadas e invitan a degustar sus productos. Algunos son grandes establecimientos productivos, otros están recién en proceso de armado y también están aquellos que sostienen la tradición familiar del vino casero.
Vinos de altura
La ruta comienza en Tafí del Valle. Más arriba, en Amaicha del Valle, se emplaza la tercera bodega comunitaria del mundo: “Los Amaichas”, con un ancestral sistema de producción.
Luego, siguiendo la ruta 307 se cruza la emblemática ruta nacional 40. De ahí, hacia la izquierda, se atraviesa la localidad de El Bañado, se puede visitar la Bodega Albarossa (tiene hotel boutique) y llegar hasta Santa María, Catamarca, zona también dedicada al vino.
Hacia la derecha por la ruta 40 se atraviesa las localidades de El Bañado, El Pichao, Colalao del Valle y Tolombón. En todas esos pueblos las paradas se multiplican porque se encuentran varias bodegas dignas de visitar. Todo dependerá del tiempo con el que se cuente. Por el mismo camino se llega hasta Cafayate, en Salta, donde el vino parece brotar de los grifos.
Los viñedos en el valle se plantan desde el siglo XVI pero recién a partir de fines del siglo XIX se elaboran vinos para el mercado. A partir de 1910, se amplió la superficie de viñedos gracias a canales de riego y represas llegando así, en 1934, a una superficie cultivada de 83 hectáreas registradas en Colalao del Valle.
En la actualidad, las variedades implantadas en Tucumán son: Torrontés, Malbec, Cabernet Sauvignon, Bonarda, Syrah y Tannat. Los mismos, resultan vinos de alta calidad, muy concentrados, estructurados y con buen aporte de alcohol.
1. Chico Zossi. Es la bodega más antigua de Tucumán y una de las mayores productoras. Ofrece degustaciones. Ruta nacional 40, km 4.308, Colalao del Valle.
2. Luna de Cuarzo. Una pequeña bodega sustentable que produce vino artesanal, atendida por sus propios dueños. Ruta nacional 40, km 4.305, Colalao del Valle.
3. Altos La Ciénaga. Bodega con varios reconocimientos en su haber. En la visita se puede conocer el paso a paso de un vino artesanal y el proceso para llegar a un buen “blend”. RN 40, km 4307.
4. Arcas de Tolombón. Tiene un llamativo aspecto que invita a visitarla. Es la bodega con etiquetas más premiadas de la provincia. RN40, km 4313.